Mercedes revisará 774.000 coches diésel en Europa por otro software que manipula las emisiones
La industria alemana del automóvil vuelve a tambalearse, en este caso por culpa de Daimler, propietario de Mercedes-Benz. Y de nuevo, como le ocurriera a Volkswagen con su particular «dieselgate» hace tres años, por un fraude en las emisiones contaminantes de sus vehículos diésel, lo que va a obligar a 774.000 automóviles en toda Europa a pasar por talleres «de manera inmediata» para eliminar de sus propulsores los presuntos mecanismos ilegales que sirven para manipular las emisiones contaminantes. Así lo ha anunciado el ministro de Transportes alemán, Andreas Scheuer, nada más terminar de comunicárselo en una reunión en Berlín al patrón del fabricante bávaro, Dieter Zetsche, quien le ha garantizado máxima cooperación de forma transparente con las autoridades.
Modelos afectados por el nuevo escándalo
Los modelos en los que se ha detectado el software fraudulento son los modelos Mercedes Clase C y el SUV clase GLC, precisamente dos de los vehículos más vendidos de la marca en los últimos años, así como las furgonetas Vito (fabricadas en la planta de Vitoria), sobre las que ya existían sospechas desde hace meses por un problema similar en, al menos, 6.300 unidades. Ahora, en estos tres modelos los investigadores de la Oficina Federal de Vehículos Motorizados de Alemania (KBA) han detectado un programa especial y generalizado con dos funciones que forma parte de un sistema más completo para filtrar las emisiones de los tubos de escape en determinadas circunstancias. Un mecanismo similar al que llevó a Volkswagen a tener que revisar más de once millones de vehículos en todo el mundo por un escándalo que le ha costado pérdidas y multas millonarias.
Serio varapalo para el prestigio de Mercedes
Se trata de un nuevo varapalo para la ya «tocada» industria automovilística alemana. Y un serio revés para una marca como Mercedes-Benz, que basa muchas de sus ventas en un prestigio que ahora queda en entredicho. Hay que tener en cuenta que la propia Daimler ya se encuentra inmersa en una investigación por parte de la Fiscalía de Stuttgart y en Estados Unidos, el presidente Donald Trump va a echar más sal en la herida con la modificación de la política arancelaria. El propio presidente de la Asociación de la Industria Alemana (BDI), Dieter Kempf, es plenamente consciente del irreversible daño acusado al sector y se ha mostrado muy tajante: «Quien ha cometido errores debe asumirlos, disculparse y parar, es decir, asumir responsabilidad para poder recuperar la confianza de nuevo». Aún así, no auguran buenos tiempos para la marca de la estrella de tres puntas.